Mergers & Acquisitions, Compraventa de empresas

Primer objetivo: eliminar obstáculos para la venta de mi empresa

El fracaso en la venta de una empresa puede estar producido por innumerables y diferentes motivos. Conocerlos y eliminarlos, o al menos gestionarlos convenientemente,  aumenta el valor y la probabilidad de éxito del proceso de compraventa de la empresa.

El primer obstáculo al que te enfrentas puedes ser tú mismo o los demás accionistas. Antes de comenzar un proceso de compraventa es esencial que te hagas algunas preguntas y reflexiones sobre ellas. ¿Por qué queremos vender la empresa?, ¿es la única opción posible?, ¿qué otras alternativas hay?, ¿por qué no son satisfactorias?, ¿cuál es el perímetro de la compraventa?, es decir, ¿qué queremos vender realmente?, ¿están todos los accionistas alineados con la operación?, ¿cómo podemos alinear a todos?, ¿a quién pensamos que le puede interesar comprar la empresa y por qué?, ¿qué dificultades será necesario afrontar durante la venta?, ¿qué esperamos obtener?, ¿en qué plazo?, ¿estamos siendo realistas con nuestras expectativas?, ¿estamos dispuestos a reducir nuestras expectativas?, ¿y si no vendemos la empresa, qué hacemos?

En ONEtoONE, como asesores en compraventa de empresas, nos hemos enfrentado a multitud de casos en los que estas preguntas previas no se habían planteado. Un ejemplo es el caso de una empresa familiar. Eran tres familias con partes iguales en el Consejo y tenían un pacto de accionistas por el que para una decisión de venta hacía falta el acuerdo de los tres. Hacía seis meses, había habido una oferta por 15 millones por parte de un capital riesgo que una rama familiar aceptaba y las otras dos no. Las negociaciones con el capital riesgo se rompieron y tras seis meses, llegó una oferta de un competidor que tenía muchas sinergias y que ofrecía 22 millones. Cuando parecía que la operación se iba a cerrar, ya que la nueva oferta era mejor que en la anterior, la rama familiar que en la primera ocasión quería, ahora no quiso hacer la operación porque se había enfadado por el rechazo en la operación anterior.

Antes de embarcarte en la decisión de vender la empresa, ten siempre en cuenta los intereses de los accionistas minoritarios, acuerda la venta con ellos e involúcrales en el proceso desde el principio. Hacer esto no es solo un acto de justicia, dado que también ellos son propietarios, su involucración puede ser determinante para que finalmente pueda consumarse la venta. Durante un proceso de compraventa debes sumar amigos y no enemigos que dificulten el proceso.

Una vez clarificados los obstáculos personales será el momento de abordar los intrínsecos de la empresa. Estos se afrontarán tomando medidas para resolver cada uno de ellos, algunos ejemplos de estas medidas son: regularizar contingencias, nombrar auditores de prestigio, segregar los activos no afectos, clarificar la estructura corporativa, evitar compromisos a largo plazo, disponer de un equipo humano profesional y cohesionado, tener definidos y documentados los procesos del negocio, etcétera.

Hay muchos motivos por los que puede no encontrarse un comprador potencial

Durante el proceso de venta de una empresa puede descubrirse que no hay compradores, o bien sólo están dispuestos a hacerlo a precios inferiores a tu precio mínimo. En esta situación tendrás que estar preparado para retirar la empresa del mercado y seguir operando el negocio, creando valor por uno o dos años antes de intentar venderlo de nuevo a tu precio mínimo.

Antes de aceptar un mandato y embarcarnos en un proceso de venta con todas sus complejidades los Asesores solemos realizar algunas aproximaciones anónimas a compradores e inversores para validar el interés del mercado y la viabilidad del proyecto de venta.

Si detectas que no es oportuna o posible la venta, será el momento de iniciar planes alternativos a la venta, que también tendrás que planificar. Alternativas como una fusión, la búsqueda de un fondo de capital riesgo que te ayude a preparar la empresa para una venta posterior, escisiones de líneas de negocio, liquidación de negocio, venta de la compañía a los empleados, recapitalizaciones apalancadas, salida a Bolsa, etcétera.

 

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