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Proceso de compra de una empresa: la Due diligence

Proceso de compra de una empresa: la Due diligence

Ya se ha presentado oferta indicativa para la compra de la empresa adecuada y firmado el requerido acuerdo de intenciones, lo siguiente es ir a los detalles, es decir, comprobar que efectivamente la empresa que queremos comprar tiene las características que creemos que tiene. A todos nos gusta una sorpresa, pero cuando se trata de negocios, no. Esta puede llegar a salirnos muy cara. Necesitas hacer una Due Diligence.

“La persona más fácil de engañar es un mismo” – Lytton

¿Qué es una Due Diligence?

Como el nombre inglés indica, son las “debidas diligencias” que debe hacer un comprador antes de pagar por una empresa, pues una vez que la adquiera es suya, con sus ventajas y sus problemas. Tu objetivo es verificar que lo que tú piensas que estás comprando es realmente lo que adquieres.

La due diligence es crítica. Tómatela muy en serio e involúcrate personalmente en ella.

Muchos novatos se enamoran de una empresa y buscan atajos en la due diligence para acelerar el cierre de la operación. Ya llevan mucho trabajo hecho de búsqueda, de negociación, de estructurar un acuerdo de intenciones: tienen ganas de acabar y no quieren ni pensar en la posibilidad de tener que empezar con otra operación. Sin embargo, es el momento de mantener la sangre fría y realizar una revisión seria y rigurosa.

Otras veces el vendedor se resiste a compartir toda la información y tú tienes miedo a ofenderle. Y por temor a estropear la relación dejas aspectos sin investigar. Las consecuencias para ti pueden ser demoledoras.

Pide referencias sobre el vendedor y entrevista a quienes le conocen, busca y pregunta a personas con las que ha tenido conflicto. Descubrirás muchas cosas que no están en los estados financieros y que son importantísimas.


El hecho de que una empresa esté auditada no significa que no pueda tener sapos y culebras escondidos y que sus auditores no se hayan enterado.

3 análisis clave

En la due diligence se analizan tres cosas: la empresa, sus finanzas y sus contratos.

Analiza principalmente los siguientes aspectos: la historia de la compañía, sus operaciones, productos y servicios, su mercado y su posición competitiva, sus clientes y el estado de la relación con ellos, la calidad de los directivos y empleados, los sistemas de compensación que tienen establecidos, la competencia, sus instalaciones y maquinaria, las existencias, sus estados financieros, sus sistemas de producción, planificación y control, su marketing, sus sistemas de reporte interno, su tecnología, posibles problemas medioambientales, su situación legal (todos los contratos, capacidad legal para vender la empresa, registro de las propiedades), fiscal, laboral, Seguridad Social, las perspectivas de futuro de la compañía, su modelo comercial, seguros, patentes y marcas y deudas.

Debes priorizar la información que consideras más relevante pues la capacidad del vendedor para recabar todo lo que se puede pedir en una due diligence suele ser limitada. Empieza por lo que más importa, pues al principio lo buscará con más entusiasmo, según sigas pidiendo, su energía y velocidad de entrega de documentación se irá ralentizando.

La due diligence te va dar cuatro tipos de información: (1) información para decidir si compras o no la empresa; (2) para ver el precio que puedes pagar; (3) para definir los términos de la operación; (4) para entender las oportunidades que tienes de mejora de la compañía.

 

El proceso de compra de una empresa es largo y en él hay momentos de intensas emociones, de rupturas, de crisis, en los que parece que la operación se ha caído de manera irremediable. Los asesores que hemos participado en numerosas operaciones sabemos que es cuestión de tenacidad, de no abandonar, de buscar fórmulas creativas que levanten la operación una y otra vez hasta conseguir nuestros objetivos. Si estás buscando una empresa que refuerce la tuya, no dude en contactarnos!

¿Cómo funcionan las operaciones de fusiones y adquisiciones?

Este tipo de operaciones se conocen con el nombre de fusiones y adquisiciones, o bien con las siglas de “M&A” (Fusiones y adquisiciones).

Desde el punto de vista legal, una fusión es una consolidación legal de dos entidades en una entidad, mientras que una adquisición se da en el momento que una entidad toma posesión de las acciones, participaciones o activos de otra entidad. Las operaciones de este carácter suelen ver con frecuencia en los despachos de Derecho Mercantil o bien en las grandes compañías dedicadas al asesoramiento de las mismas y finanzas corporativas .

En una fusión o adquisición coexisten varios intervinientes de los cuales dependen el buen resultado de la misma. Sin embargo nos centraremos en la figura del comprador.

Este podría personarse como comprador, o como inversor. En caso de que se persone como comprador, su fin podría ser establecer sinergias con negocios que ya posee, o bien aportar nuevas ideas con la intención de explotar el negocio en venta. En segundo lugar, si el comprador es un inversor industrial o capitalista, quizás la permanencia en el negocio sea temporal, y por ello el contrato de compra venta podría ser distinto.

Un ejemplo de permanencia temporal sería la de los inversores de capital riesgo, o “private equity”.

El capital riesgo puede definir como una actividad financiera consistente en proporcionar recursos a medio y largo plazo, pero sin vocación de permanencia ilimitada, a empresas que tienen dificultad para acceder a otras fuentes de financiación, como el mercado de valores o el crédito bancario.

Por otra parte, podemos diferenciar dos formas de llevar a cabo la operación. Por un lado encontramos la adquisición “directa” de la empresa. Esta correspondería a la compraventa de los activos de la misma, es decir, a la compraventa de los elementos patrimoniales de la compañía.

Las compras de activos son comunes en las transacciones de tecnología, en las que el comprador está más interesado en determinados derechos de propiedad intelectual pero no desea adquirir pasivos u otras relaciones contractuales.

Por otra parte, la adquisición indirecta corresponde a la adquisición del capital de la compañía, lo que permite obtener el control de la misma.

A raíz de la complejidad de este tipo de operaciones, existen compañías especializadas en el asesoramiento de las mismas. Este proceso requiere para su éxito, un plan de trabajo y un equipo multidisciplinar con experiencia en esta área, que lo implementa, supervise y anime.

En ONEtoONE te ayudamos a conseguir ese éxito.

Conoce más a cerca de las fusiones y adquisiciones.