¿Estás pensando en comprar la empresa que tanto te gusta?
Ya te has decido y has logrado avanzar algunos pasos del proceso de compraventa con el dueño de la empresa. Sin embargo, te estas enfrentando a uno de los problemas más complicados o reto más grande de este procedimiento. La comprensión del vendedor en la desigualdad que existe entre el valor de las acciones y el valor de la deuda.
El método más eficiente, como comprador, para cruzar este obstáculo y lograr tu objetivo, es plantearle al vendedor la compra del negocio en lugar de la empresa. Esto representa para ti la alternativa más ventajosa, debido a que con la adquisición evitas la deuda que tiene la empresa con los bancos y las responsabilidades sobre hechos pasados. Esto quedaría en la empresa y en manos del vendedor y tú como comprador eludes riesgos.
Te puedes llegar a enfrentar a una empresa con mucha deuda, pero si le pones precio solo al negocio, el vendedor entenderá mejor a que si le dices que sus acciones no valen nada. Debido a que compras el negocio libre de deuda, tú como comprador, tienes además la opción de pedir un préstamo al banco para hacer la compra y pagarle al vendedor. El razonamiento al banquero será que debido que el negocio no tiene deuda, podrás devolver la financiación con los flujos generados por el propio negocio.
Como puedes observar es más conveniente la compra del negocio que de la empresa, porque evitas muchos riesgos que te pueden perjudicar luego. ¿La pregunta ahora es, será también la opción más conveniente para el vendedor? En realidad, el vendedor se queda con la deuda y tendrá que pagar más impuestos. Sin embargo, es una opción a valorar y que se debe explorar a la hora de comprar una empresa.
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