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Reducir riesgos: clave para aumentar el valor de una empresa

Reducir el riesgo: clave para aumentar el valor de una empresa

El objetivo principal para la mayoría de los vendedores en una transacción de M&A es maximizar el precio. Aunque muchas personas asumen que la valuación en una operación de fusiones y adquisiciones es impulsada por la aplicación mecánica de técnicas de valuación como un múltiple de EBITDA o simplemente por la parte que tiene mayor poder de negociación, de hecho el precio de venta final de una compañía a menudo depende en gran medida de la percepción del comprador de riesgo en relación con una empresa y la capacidad del vendedor para demostrar el grado en que ese riesgo ha sido o podría ser mitigado.

El espacio entre los términos de precio derivado de las fórmulas de valoración y las preferencias de negociación de las partes es el área donde se pueden ganar o perder grandes cantidades de valor potencial en una transacción. Este espacio, que muchas veces se pasa por alto en los preparativos de acuerdos y negociaciones, tiene un gran enfoque en transacciones de M&A. Para los accionistas que desean vender compañías al precio más alto posible, pensar objetivamente acerca de los riesgos que enfrenta una empresa y tratar de mitigarlos antes de que comiencen las negociaciones suele ser una excelente manera de acelerar los plazos de finalización de los acuerdos y mejorar los términos y condiciones de venta.

Relación entre Riesgo y Valor

Al pensar cuánto vale una empresa, muchas personas se centran en el rendimiento financiero actual o pasado de una empresa y consideran factores tales como los ingresos, el EBITDA y el ingreso neto. Sin embargo, los riesgos asociados con el desempeño financiero de una empresa en el futuro también son un componente extremadamente importante del valor de la empresa.


La relación entre el riesgo y el valor se incorpora expresamente en un método de valoración, el método de valoración del flujo de efectivo descontado. Con esta técnica de valoración, el valor actual de una empresa se obtiene descontando los flujos de efectivo libres futuros de la empresa hasta el presente mediante una tasa de descuento que está directamente relacionada con los riesgos relacionados a dichos flujos de efectivo. Cuanto mayor sea la tasa de descuento, menor será el valor actual de la empresa y menor será la cantidad que un comprador estará dispuesto a pagar por ella.

Tipos de Riesgo Clave que Afectan el Valor de una Empresa

Aunque existen muchos tipos de riesgos que pueden afectar el rendimiento y el valor de una empresa, estos riesgos generalmente se pueden agrupar en tres grandes categorías.

  1. Riesgo macroeconómico. Estos son riesgos que afectan a un país en general, como la estabilidad política, el crecimiento del PIB, las tasas de inflación y los valores de las divisas.
  2. Riesgo microeconómico. Estos son riesgos que definen el mercado específico en el que opera una empresa, impactan en las relaciones centrales entre los productores del mercado y los consumidores e influyen en la competencia.
  3. Riesgo de la empresa. Estos son riesgos específicos que están relacionados con una empresa, como su modelo de negocio, la naturaleza de sus flujos de ingresos, la fortaleza y el compromiso de su equipo de gestión y sus recursos financieros y físicos, así como su infraestructura.

Al establecer un precio para una empresa, muchos compradores comenzarán con un marco de referencia para la valoración basada en una industria y luego ajustarán esa valoración de línea de base en función de qué tan arriesgada se comparó una empresa y su flujo de efectivo futuro con los grupos de pares de valoración.

No existe una forma estándar para convertir las perspectivas de riesgo en ajustes de precios de la compañía. Este es, inevitablemente, un proceso subjetivo basado en la perspectiva del comprador, la experiencia con un país o sector y la capacidad de mitigar los riesgos después de que se ha adquirido una empresa.

Relación entre las Expectativas de Retorno de los Inversores y el Valor

Otra forma en que los compradores acercan el tema de valoración se basa en sus propios horizontes de inversión de transacción y en las expectativas de retorno. Si un inversor espera comprar una empresa y venderla en 7 años y recibir un retorno del 15%, a menudo establecerá el precio para la empresa en una cantidad que hará altamente probable que logre ese retorno, incluso si un análisis justo de los riesgos relacionados con la compañía sugiere un precio más alto.

Si bien este método aborda la valoración desde una perspectiva diferente, en última instancia conduce al mismo resultado basado en el riesgo: cuanto mayores sean los riesgos para la capacidad de un comprador de vender una empresa a un precio en el futuro, mayor será la probabilidad de que simplemente disminuya el precio que pagará para asegurar que la diferencia entre la compra actual y el precio de venta posterior de la empresa sea suficiente para lograr el retorno de la inversión objetivo del comprador.

Reducir Riesgo para Aumentar Valor

Independientemente de si la cuestión de la valoración se aborda desde una visión objetiva de los riesgos relacionados con una empresa o las expectativas de retorno del inversor, está claro que a medida que los riesgos pueden preverse y mitigarse, mejor será la valoración.

Muchos vendedores cometen el error en las negociaciones de precios de intentar simplemente explicar los riesgos con afirmaciones verbales en lugar de respaldar la discusión de riesgos y las estrategias de mitigación con análisis sustantivos y acciones corporativas concretas.

Proporcionemos algunos ejemplos concretos de cómo se puede hacer esto.

  • Riesgo macroeconómico. Si bien puede parecer, por definición, que los riesgos macroeconómicos están fuera del control de una sola empresa, de hecho se pueden mitigar varios tipos de riesgos macroeconómicos. Para dar un ejemplo, supongamos que una empresa está muy expuesta al riesgo cambiario y opera en un país cuya moneda es altamente volátil. Para mitigar este riesgo, una empresa podría, por ejemplo, denominar contratos clave en dólares u otra moneda de referencia que eliminaría una cantidad significativa del impacto de la volatilidad de la moneda en su negocio.
  • Riesgo microeconómico. Dado que en su esencia la microeconomía se relaciona con la interacción de las relaciones entre productores y consumidores, la reducción del riesgo microeconómico requiere posicionar a una empresa para impulsar o aprovechar los posibles cambios del mercado. Para dar un ejemplo, supongamos que una empresa opera en el mercado petrolero pero es muy susceptible a la pérdida de cuota de mercado dado que tiene menos recursos financieros que sus competidores. Para mitigar este riesgo, una empresa podría tratar de ingresar al sector de las energías renovables para ampliar y diversificar su modelo de ingresos.
  • Riesgo relacionado a una empresa. Existen muchos tipos de riesgos de la empresa que pueden causar la caída del valor de una empresa, como la falta de ingresos diversificados, la incertidumbre con respecto a cuestiones legales que pueden afectar a la empresa y la incertidumbre con respecto a los acuerdos comerciales de una empresa. Si un vendedor obtiene una cantidad significativa de ingresos de un cliente que es libre de cancelar la relación comercial en cualquier momento, un vendedor puede tratar de negociar un contrato a más largo plazo con el cliente. Si bien esto puede no alterar fundamentalmente la relación comercial entre el vendedor y el cliente, a menudo dará a los compradores una mayor confianza con respecto a la solidez de las proyecciones financieras de una empresa. Además, incluso si un vendedor está obligado a proporcionar términos comerciales con descuento a un cliente a cambio de que el cliente ejecute un contrato a largo plazo, el valor económico de este descuento puede ser menor que el impacto positivo que causa en la valoración de una empresa.
  • Riesgo relacionado a la salida de una inversión. Si bien los vendedores pueden asumir que el tema de como el comprador saldrá de una inversión 7 años después solo le atañe al comprador, de hecho, también le atañe al vendedor porque si el inversionista no tiene la confianza de que será capaz de salir de una inversión según términos que estime conveniente, simplemente no hará la inversión. Esto es particularmente cierto con el tipo de inversores, como los fondos de inversión, que a menudo deben salir de sus posiciones de inversión dentro de un período fijo de tiempo.

Si bien la mayoría de los propietarios de negocios dedican la mayor parte de su atención a cómo construir sus negocios en lugar de buscar formas de salir de ella, dedicar tiempo a entender quiénes son los compradores potenciales de una empresa y cómo están pensando respecto de los temas de valoración es algo extremadamente útil tanto al construir una empresa como a la hora de venderla.

 

Este artículo, escrito por Darin Bifani, proporciona una breve descripción de las formas en que puede aumentar el valor de su empresa en una transacción de fusiones y adquisiciones al centrarse en mitigar los riesgos clave que afectan a la valoración de la empresa. Si desea analizar los riesgos que afectan a su negocio y cómo pueden mitigarse para ayudar a aumentar el valor de su empresa, ¡contáctenos ahora!

Cómo definir el valor de marca de una empresa

Cómo valorar la marca de una empresa

En la venta de una empresa, los propietarios empresariales intentan valorar diferentes elementos  para determinar un precio de venta adecuado, incluyendo sus activos, sus flujos de efectivo y sus relaciones empresariales. Al revisar los elementos de sus empresas que han valorado, una pregunta que los propietarios se hacen a menudo es:  “¿Cuál es el valor de marca de mi empresa?»

Si bien las referencias frecuentes en los análisis comerciales al valor de marca de una empresa pueden hacer que parezca que es relativamente sencillo de calcular, de hecho, definir el valor de marca puede ser complicado por dos razones clave. La primera es la dificultad de definir exactamente qué es la marca de una empresa; y la segunda, es la dificultad de cuantificar el valor de la marca, particularmente de una manera en que los compradores lo acepten.

A pesar de estas dificultades, las marcas son, sin duda, una parte muy importante del valor general de una empresa, y comprender qué son las marcas y cómo pueden valorarse, puede ampliar y fortalecer, en gran medida, la perspectiva y posición de un vendedor de una empresa en el proceso de negociación de la venta.

“Comprender qué son las marcas y cómo pueden valorarse, puede ampliar y fortalecer, en gran medida, la perspectiva y posición de un vendedor de una empresa en el proceso de negociación de la venta.”

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¿Qué es la marca de una empresa?

La marca de una empresa, en términos sencillos, es lo que la hace única y la diferencia de los competidores. La individualidad corporativa de una empresa a menudo se relaciona con cuatro tipos de asociaciones en las mentes de los consumidores o del mercado.

“La marca de una empresa, en términos sencillos, es lo que la hace única y la diferencia de los competidores.”

El primer elemento de la marca de una empresa es su asociación en la mente de los consumidores o el mercado con ciertos atributos visuales. En general, esto se compone en gran medida de la marca comercial o el logotipo de una empresa, pero la identidad corporativa visual de una empresa también se puede definir por productos, envases o envoltorios que pueden ser visualmente únicos. Los “arcos dorados” McDonald’s, por ejemplo, son una característica muy distintiva y reconocible de muchos restaurantes McDonald’s.

El segundo elemento de la marca de una empresa es su asociación en la mente de los consumidores o el mercado con ciertos productos o servicios. Cuanto más sólida es una marca, más pensará un consumidor en productos os servicios de una empresa cuando escuche o vea una referencia a una marca. Por ejemplo, cuando una persona escucha la marca “Apple” a menudo piensan automáticamente en el iPhone.

El tercer elemento de la marca de una empresa es su asociación en la mente de los consumidores o el mercado con ciertos atributos de un producto o servicio. Por ejemplo, para una empresa en el sector de hoteles de lujo, una marca fuerte tiene la capacidad de transmitir mayor sensación de lujo que las marcas competidoras; para una empresa que compite en un segmento de productos de descuento, una marca fuerte tiene la capacidad de transmitir un mayor valor por el precio que sus competidores.

El cuarto elemento de la marca de una empresa es su asociación en la mente de los consumidores o el mercado con la forma en la que la empresa opera o lleva a cabo su negocio, desde cómo trata a sus empleados, hasta su trabajo en la comunidad y sus valores. Una marca que proyecte con fuerza estos valores puede tener un gran impacto en las decisiones de compra de los consumidores que compartan esos mismos valores.

De acuerdo con la importancia de la marca para una empresa, la pregunta práctica es: ¿cómo puede evaluarse?

3 formas de cómo valorar la marca de una empresa

Enfoque de costo. El enfoque de costo es una de las maneras para valorar la marca en base a la cantidad empleada para crearla. Esto puede incluir cantidades invertidas en asesores de marca, los diseños de la marca comercial o el logotipo, páginas web, programas de alcance en redes sociales, publicidad y actividades de la comunidad.

Si bien los costes generados para el desarrollo de una marca generalmente son relativamente sencillos de cuantificar, dos empresas que gastan la misma cantidad en crear una marca pueden tener ventas, niveles de actuación financiera y posiciones de mercado muy distintas. Por esta razón, los enfoques de costo para la valoración de una marca, a menudo, deben considerarse como una imagen muy limitada del valor de la marca de una empresa.

Enfoque de Mercado. El Segundo enfoque es el de Mercado, que deriva el valor de una marca a través de una referencia a otras empresas en el Mercado. Una manera de hacer esto sería tratar de derivar el valor de una marca considerando el valor de una marca similar, pero esto, en la práctica, puede ser difícil de hacer, porque la marca de toda empresa es única por definición.

Una variante de este enfoque es considerar el rendimiento y las diferencias financieras entre las empresas en el Mercado y analizar la medida en que estas diferencias se pueden atribuir al valor de la marca. Por ejemplo, si una empresa vende café por 3 dólares la taza y otra empresa por 5 dólares la taza, si todo lo demás es igual, se podría argumentar que la diferencia en el precio del café es atribuible a las cualidades de la marca de la última empresa.

Por supuesto, la relación entre ciertos factores financieros, como el precio de un producto y el valor de la marca, debe considerarse con mucho cuidado, ya que una empresa puede mantener los precios bajos durante ciertos períodos de tiempo para obtener más participaciones de mercado.

Enfoque de ingresos. El tercer enfoque es el de ingresos, que deriva el valor de una marca basándose en el valor de los ingresos o los flujos de efectivo de una empresa que se pueden atribuir a su marca. Si a ambas empresas les cuesta lo mismo producir una taza de café, y una de ellas tiene flujos de efectivo libres un 10% más altos que la otra empresa, podría argumentarse que el valor actual de la diferencia entre los dos conjuntos de flujos de efectivo representa el valor de la marca de la empresa.

Conclusión

Cómo valorar la marca de una empresa quizás es más un arte que una ciencia, y sin duda, puede ser muy difícil definir el valor de marca con precisión debido a su naturaleza intangible y única. Además, la conversión de los elementos intangibles de una marca en componentes financieros tangibles del valor de una empresa en las negociaciones de venta es un desafío, debido a la mayoría de los factores que pueden contribuir a las diferencias en el rendimiento empresarial además de su marca.

A pesar de los desafíos que implica el cómo valorar la marca, ésta es una parte importante del valor de una empresa, y tratar de analizar el valor de una marca es una parte importante del análisis del valor general de una empresa.

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¿Conoce el valor de su empresa?

La mayoría de los propietarios de pequeñas y medianas empresas cuentan únicamente con una vaga idea de cual es el valor de su empresa. Esto puede ser un problema si lo que se está planteando el empresario es vender.

Profundizando en este tema, la mayoría de aquellos que piensan que saben lo que vale su compañía, probablemente, estén equivocados.

Ocurre con frecuencia que a la hora de llevar a cabo estas valoraciones, no se incluyen algunos activos intangibles como la propiedad intelectual, las marcas comerciales y el valor de marca. Además, los empresarios tienden a infravalorar lo que han construido con el tiempo.

En contrapuesta, otros piensan que sus negocios valen mucho más de lo que el mercado dictaría de manera realista. Y, por supuesto, el sentimiento a menudo interfiere con el buen juicio comercial.

Señalar que en algunos casos los propietarios no consideran prioritario ponerle un valor al negocio. Sin embargo, resulta de gran importancia para el futuro de la compañía saber lo que esta vale.

 

Para un buen cálculo, los propietarios de las pequeñas y medianas empresas a menudo contratan tasadores profesionales para prepararse para una compra o fusión. Pero, en relación a lo anterior, no únicamente se requerirá para este tipo de operaciones. También será necesario conocer el valor de la empresa para posibles devoluciones de impuestos sobre bienes y donaciones, acuerdos de compraventa, litigios, impugnaciones impositivas, divorcio u otros fines.

Aun así, incluso si no hay nada relevante en el horizonte inmediato, cada propietario debería tener una valoración actualizada en el cajón de su escritorio como una herramienta para ayudar a tomar decisiones informadas sobre la dirección de la empresa.

Una valoración objetiva e independiente brindará una idea mucho más clara de dónde se encuentra y hacia dónde se dirige.

Además de las anteriores, otras razones serían el entender dónde encaja su empresa en el panorama de la industria o mercado especializado, incluido el precio de mercado o el valor de las empresas similares vendidas recientemente o cotizadas en bolsa.

Con un grupo de asesores adecuado podrás descubrir el valor que has creado en tu compañía durante años.

En ONEtoONE entendemos que de cara a una operación corporativa la valoración es un instrumento de negociación. Debemos mostrar tanto el valor creado en el pasado (como hacen la mayoría de nuestros competidores) como la capacidad de creación de valor futuro de la empresa.

Conoce más a cerca de la valoración de tu empresa.

¿Por qué es útil valorar tu empresa?

A nadie le gusta que se le quite valor a algo propio, ni tampoco dar mucho valor a algo ajeno que, desde su punto de vista, no lo tiene. Sin embargo, en la venta de una empresa ninguno puede poner la mano en el fuego por un valor exacto. La clave está en llegar a realizar una buena valoración que se ajuste lo máximo posible al objetivo del vendedor y que no resulte un disparate para el comprador, y viceversa. Para ello se necesita a un grupo de expertos para valorar tu empresa correctamente.

Valorar tu empresa: un arma de negociación

La valoración de empresa no es una ciencia exacta, pero si quieres vender tu empresa resulta fundamental realizarla para tener más “armas” y plantear una buena negociación con los potenciales compradores, quienes también realizarán su propia valoración para determinar cuánto estarían dispuestos a pagar por la empresa. En cualquier caso, un comprador utilizará el método que demuestra que vale poco y un vendedor usará otro para demostrar que vale mucho.

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No confundas el valor de la empresa y el valor de las acciones

No confundas el valor de la empresa y el valor de las acciones

Pensando en el valor de tu empresa, ¿alguna vez te has planteado si el valor de una empresa se corresponde con el valor de sus acciones? ¿Dónde reside el valor real de la empresa, aquel que puede ayudar a fijar un precio de venta?

Cuando creamos una empresa, casi siempre partiendo de cero, volcamos en ella toda nuestra energía, sangre, sudor y lágrimas para hacer realidad la gran idea que siempre supimos que sería. Esta idea, aunque es humana y habitual, puede llevarnos a equívocos a la hora de establecer el valor real de la empresa.

Desgraciadamente, nuestros sentimientos hacia la empresa no repercuten en su valor real cuando se la presentemos a un comprador potencial. En caso de que nos planteemos la venta, los compradores, al fin y al cabo, valoran aspectos técnicos y aplican metodologías de valoración para analizar la empresa y determinar su valor de forma objetiva.

El valor es una cuestión de perspectiva, lo que significa que variará dependiendo del punto de vista desde el que se mire, especialmente cuando se compara el valor de la empresa frente al valor de las acciones. Cuando evalúas tu empresa, estás determinando cuánto vale en su conjunto.

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¿Qué queremos decir con que el valor de la empresa es una cuestión de perspectiva?

Es importante tener en cuenta que el valor es subjetivo; en el caso del M&A, es el rango de lo que puede valer una empresa. Esto se mide con diversos métodos de valoración que nos ayudan a reducir el margen de error a la hora de precisar el valor real de una empresa.

Cabe señalar que establecer el valor real de algo es extremadamente difícil porque las metodologías utilizadas para evaluar una empresa sólo proporcionan un rango de valor. Este rango de valor sirve de guía para determinar el precio correcto de la empresa y variará en función del método de valoración.

A menudo, hemos visto que los empresarios confunden el valor con la facturación, el precio e, incluso, el valor de las acciones.

Si quieres saber qué métodos pueden emplearse para analizar el rango de valor, lee nuestro artículo Beneficios de la estrategia de valoración del football field.

El volumen de negocio no es igual al valor

En contabilidad, se entiende que el volumen de negocio determina la dirección de las operaciones de una empresa. Es decir, la rapidez con la que vende sus existencias. Sin embargo, obtener beneficios no equivale necesariamente a tener un gran valor. Algo en lo que se fijaría un posible inversor o comprador es en la deuda, que disminuye el valor de la empresa.

Volumen de negocio y valor de la empresa: un caso real

Tuvimos un cliente cuyo negocio era una empresa del sector la electrónica. Sus proveedores estaban en China, así que pagaba la mercancía 90 días por adelantado antes de recibir las existencias. Una vez que llegaban, vendía a un gran minorista, que le pagaba en 120 días. Por ello, tenía que financiar 210 días de stock.

Tenían una facturación de 30 millones de euros y sólo ganaban 200.000 euros, antes de pagar impuestos. Tener periodos tan largos entre la compra y la recepción del stock daba lugar a márgenes de beneficio muy pequeños. También a un modelo de negocio con muy poco valor. La empresa necesitaba líneas de descuento para financiar el inventario y el crecimiento. Acumulaban 14 millones de euros de deuda con los bancos y pagando altos intereses.

Pidieron ayuda para vender la empresa, convencidos de que, al facturar 30 millones de euros, su empresa valdría mucho. Por mucho que les explicáramos que el volumen de negocio no se traduce en valor, no nos escuchaban. No fue hasta que empezaron a recibir ofertas, que finalmente comprendieron la realidad del valor de su empresa.

¿Qué busca un inversor al pensar en el valor de una empresa?

Muy pocos inversores estaban dispuestos o interesados en comprar una empresa que generaba pocos beneficios. Había acumulado tanta deuda y que representaba un riesgo tan importante de quiebra.

Las empresas con márgenes bajos de beneficio y largos periodos antes de recibirlo están cargadas de deudas. El propietario obtiene un beneficio mínimo al eliminar cualquier deuda del precio de la transacción para calcular el precio para el accionista.

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acciones y valor

Valor de la empresa vs. valor de las acciones

Es esencial comprender que cualquiera que sea el valor de las acciones de una empresa, éste no afecta al valor de la empresa, sino al revés. El valor de las acciones es el resultado del valor de la empresa menos la deuda que tiene.

¿Cómo se calcula el valor de las acciones de una empresa?

A la hora de valorar la empresa, se resta la deuda financiera neta del valor de la empresa. Toda la financiación que actualmente paga intereses es deuda financiera. Si los accionistas han puesto el 60% del dinero y los acreedores financieros el 40%, el valor de las acciones será sólo el 60% del valor de la empresa.

Por ello, las acciones de algunas empresas pueden tener un valor negativo. Por ejemplo, una empresa que vale 10 millones de euros, pero tiene 12 millones de euros de deuda financiera. Esta empresa arroja un valor negativo de dos millones de euros.

En caso de venta los accionistas no recibirían nada, la empresa se compraría por un euro y los acreedores tendrán que descontar dos millones de euros de su deuda. De lo contrario, nadie sensato aceptaría la empresa porque la compraría por menos de su valor.

A veces puede ocurrir lo contrario. Las acciones de algunas empresas pueden ser vitales porque no tienen deuda, lo que aumenta su valor.

En el momento de vender una empresa, para saber cuánto valor tienen las acciones, hay que restar del valor total de la empresa la deuda financiera neta. Es decir, restar la deuda de la empresa y luego añadir el efectivo de caja.

Para hacernos una idea, imagina que vendes tu casa por 500.000 euros y tienes una hipoteca de 300.000 euros. Cuando te paguen después de la venta, sólo recibirás 200.000 euros.

La deuda no siempre deprecia el valor de las acciones

Sin embargo, hay que tener en cuenta que tener endeudamiento no significa tener necesariamente una estructura financiera errónea. La financiación puede ser una poderosa herramienta para impulsar tu negocio y, en consecuencia, el valor de tu empresa.

Supongamos que tu empresa factura 30 millones de euros, pero ha acumulado una deuda de 4,5 millones de euros. Esos 4,5 millones se invierten en proyectos a corto y largo plazo, como la compra de maquinaria, la construcción de mejores estructuras y la renovación del negocio.

Gracias a la financiación, es probable que la empresa mejore en el futuro. No obstante, debes asegurarte de que entiendes que cualquier deuda acumulada se restará del valor de tu empresa.

Diferentes, pero ambas valiosas

Como hemos visto, al principio, distinguir la diferencia entre el valor de la empresa y el valor de las acciones no es precisamente una tarea fácil. Puede caerse en la creencia que son los mismo.

Hay que comprender la relación que existe entre ambos conceptos. Solo así empezamos a distinguir la diferencia y qué peso otorgar a cada uno de ellos en la valoración de la empresa. En pocas palabras, el valor de una empresa es el valor de la suma de sus partes. El valor de las acciones es el resultado del valor de la empresa menos la deuda de la misma.

Sobre ONEtoONE

ONEtoONE Corporate Finance tiene oficinas en Europa, Estados Unidos, América Latina,  Asia y Oceanía. Somos una empresa de asesoramiento global especializada en la venta de empresas como la tuya. Todos nuestros recursos humanos y tecnológicos, bases de datos, experiencia y procesos están enfocados a ayudar a nuestros clientes a vender sus empresas al mayor precio posible. Te ayudamos a fortalecer tu legado. Así podrás centrarte en lo que te importa en esta nueva etapa de tu vida.

¿Estás preparado para vender? Es tu momento, ¡estamos aquí para ayudarte!

Due Diligence: el paso previo a la adquisición de una empresa

Hace unos días te hablábamos de la importancia de un proceso de due diligence, ofreciéndote las claves sobre esta etapa crucial dentro de la compraventa de una compañía. Si quieres conocer con mayor profundidad el desarrollo de una diu diligence te animamos a leer el libro “La Due Diligence Financiera. El paso previo a la adquisición de una empresa” escrito por Ana María Martos Matín, Socia de ONEtoONE Corporate Finance.

¿Cómo se desarrolla?, ¿qué analiza? ¿cómo se obtienen los resultados?, ¿cómo se interpretan?…estas son solo algunas de las preguntas a las da respuesta la autora a lo largo del libro. La revisión integral de una empresa es imprescindible en todo proceso de compraventa.
El directivo que deba enfrentarse al equipo de asesores que llevará a cabo una Due Diligence financiera encontrará en estas páginas el suficiente detalle como para comprender el alcance del trabajo que se va a efectuar, cómo se va a hacer y qué sentido tiene cada análisis que se realice. Asimismo, el empresario que espere los resultados de una Due Diligence para interpretarlos en el contexto de los términos de la compraventa acordados y presentar sus recomendaciones a los accionistas potenciales compradores sabrá exactamente qué puede aportar una Due Diligence y lo importante que es definir su alcance conjuntamente con sus asesores, para que los resultados cumplan sus expectativas.

Si está interesado en adquirir el libro puede hacerlo en la página de la editorial (disponible también en formato electrónico).

Mergers & Acquisitions, Compraventa de empresas

Due Diligence ¿prueba de fuego en la compraventa de una empresa?

Imagínese que va a comprar un piso pero solo lo ha podido ver en fotos. Lo que ha visto hasta el momento le gusta pero ¿lo adquiriría solo por un par de fotos? Seguro que su respuesta es no. Algo parecido sucede dentro de un proceso de compraventa de una empresa. El potencial comprador solo ve las “fotos” que el vendedor quiere enseñarle. El proceso de due diligence es el modo que se reserva el comprador para conocer el estado real de la empresa y conocer si las fotos tenías o no “photoshop”.

Todo comprador de una empresa precisa conocer la situación real de la compañía a través de una auditoría, due diligence, que abarque no sólo el área financiera de la compañía, sino también sus aspectos legales, laborales, medioambientales, etcétera.

Tradicionalmente la due diligence es realizada por el comprador una vez que su oferta (sujeta a due diligence) ha sido aceptada. Habitualmente abarcar entre cuatro y ocho semanas, periodo en el que se negocia de forma paralela el contrato de compraventa.

Destacar que el comprador suele pedir exclusividad durante un periodo si va a gastarse dinero en la due diligence y es normal concederlo. Sin embargo hay que tener en cuenta que  el vendedor mientras dure el proceso de due diligence va a mantener negociaciones con un solo comprador corriendo el riesgo de que éste, al estar en exclusividad, exija un descuento final en el precio.

Una vez finalizada la due diligence, sus resultados pueden ser una herramienta esencial para verificar si el precio ofrecido es adecuado. A raíz de los resultados, el comprador  tiene la capacidad para utilizarlos como herramienta para negociar el precio o los términos del contrato. Este hecho se une a que habitualmente el vendedor no es consciente de sus propios problemas hasta que el comprador se los descubre en la due diligence, lo que le pone en situación de debilidad negociadora.

Además puede darse el caso de que el vendedor necesite formalizar la compraventa de manera urgente, entonces se procede a la firma del contrato, pero se establece como condición que el comprador quede satisfecho con los resultados de la due diligence, la cual deberá hacerse en un plazo límite.

Sin duda, el proceso de due diligence es crucial dentro de un proceso de compraventa, la forma de encontrar o no los posibles “retoques” a la empresa en venta.