El acuerdo de intenciones o la importancia de la palabra escrita

El acuerdo de intenciones o la importancia de la palabra escrita

Seguro que más de una vez has oído la expresión “las palabras de las lleva el viento”. Quédate con esta frase cuando plantees tu estrategia de M&A. Tienes que entender que hay una gran distancia entre un apretón de manos con un acuerdo verbal y un acuerdo de intenciones. En la compra de empresas, hay que escribir todo lo acordado. También es necesario porque las conversaciones entre las partes están llenas de ambigüedades. Se dicen mensajes a medias y cada uno oye y entiende lo que quiere oír y entender.

Quizá no lo sabes pero en una negociación se están produciendo a la vez tres conversaciones: la conversación del vendedor consigo mismo, la del comprador consigo y la conversación sonora entre las partes. Es muy frecuente que cuando uno de los dos hable el otro no le oiga porque está ocupado en la conversación consigo mismo o pensando en lo que va a decir después. Como consecuencia se producen este tipo de diálogos:

Comprador: “quedamos en eso”

Vendedor: “de eso nada, eso nunca se habló”

Comprador: “pero si te lo dije y tú asentiste”

Vendedor: “no, es un tema que nunca se trató”

No es que el vendedor mienta, es que no estaba escuchando.

Por eso tú o tus asesores debéis escribir acta de toda conversación y, si es posible, intentar que ambas partes firméis el acta de lo hablado. Las actas son un instrumento clave para que fluya adecuadamente una operación corporativa.

¿Qué es un acuerdo de intenciones y por qué lo necesito en la compra de empresas?

El acuerdo de intenciones es un documento muy relevante dentro de un proceso de compraventa de una compañía, pues tiene implicaciones jurídicas.

Se trata de un documento en el que comprador y vendedor ponen por escrito los puntos principales del acuerdo que han alcanzado.

Es vital que en este texto queden recogidos todos los aspectos relevantes, pues a partir de ese momento tú como comprador vas a invertir dinero en auditores y asesores legales. Si no están los puntos clave claros, muy probablemente se caerá la operación en las fases finales y todos habréis perdido mucho tiempo y, además en tu caso, dinero.

El acuerdo debe recoger si se trata de una ampliación de capital, una compra de activos y pasivos (y qué activos y pasivos, en su caso) o de acciones, el precio, el porcentaje a comprar, las formas e instrumentos de pago que utilizaréis, los plazos de pago, fórmulas de ajuste de precio y otro tipo de retribuciones (honorarios de consultoría para el vendedor).

Se pacta también la confidencialidad del acuerdo y un plazo de exclusividad (en el que el vendedor no puede negociar con otros compradores) mientras se avanza en la due diligence y en el contrato de compraventa. Se suele poner en este documento una fecha límite para la firma del contrato de compraventa y un calendario de actuaciones.

Se puede incorporar también información sobre el tipo de deuda bancaria que se va a utilizar para pagar la compra.

En ocasiones se concreta lo que va a cubrir la due diligence y, por supuesto, que el vendedor se compromete a facilitar la información necesaria para esa due diligence.

En este acuerdo debes pactar que la empresa va a seguir siendo gestionada hasta la venta de manera continuista respecto al pasado, preservándola intacta y sin alterar significativamente el fondo de maniobra ni las relaciones con proveedores y clientes; no puede repartir dividendos ni hacer gastos extraordinarios o vender activos; se le prohíbe firmar contratos distintos a los propios del ciclo normal de gestión, cambiar los sueldos o planes de compensación, etcétera. Para ese tipo de acciones se requerirá autorización por escrito del comprador.

Debes condicionar la validez del acuerdo a que tú te quedes satisfecho con la due diligence, a obtener finalmente la financiación necesaria por parte de los bancos y, naturalmente, a que no se produzca cambios sustanciales en la evolución financiera u operativa de la compañía.

Asimismo, lo más recomendable es que acuerdes que si el vendedor se retracta y abandona la venta, pague gastos de la due diligence. Esto es importante porque al vendedor le puede entrar la “nostalgia” en la fase final del proceso y cancelar la operación.

Este acuerdo de intenciones es lo que presentarás a los bancos para ir estructurando la financiación sobre la base de lo pactado. No dejes que las “palabras se las lleve el viento” si realmente deseas llevar a cabo la compra de la empresa.

 

Dentro de un mundo cada día más globalizado, la compraventa de una empresa se presenta como una magnifica vía para abordar un nuevo mercado o reforzar una posición competitiva. La principal dificultad que implica este tipo de operaciones es saber cómo abordarlas para no ser engañados y maximizar nuestro valor. Si estás planteándote comprar una empresa y buscas asesoramiento, ¡no dudes en contactar con nosotros!

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