El bucle eléctrico

Por JAVIER TORO | Socio Director, ONEtoONE Corporate Finance. 


La regulación del motor térmico y la entrada de la movilidad eléctrica constituyen actualmente los mayores retos de la industria del automóvil en España. Todas las conversaciones en el sector concluyen con interrogantes sobre el coche eléctrico, su viabilidad y su adaptación a medio y largo plazo. Creando, lo que se puede llamar, el bucle eléctrico.

Antes de adentrarnos en estas cuestiones, haremos un breve repaso al contexto del sector de la automoción en nuestro país:

Han pasado más de 50 años desde la llegada de las multinacionales del sector a España, con un resultado muy positivo en desarrollo y tecnología. Actualmente, España es un gran taller que en el año 2018 ensambló 2,8 millones de vehículos, aglutina a OEMs (Original Equipment Manufacturers), proveedores , fabricantes de componentes, exporta el 80% de la producción y da trabajo al 10% de la población activa. Se trata del sector más competitivo, que contribuye con un 10% al PIB (ANFAC, 2017). Además, gran parte de la calidad manufacturera de otros sectores, como los relacionados con el metal, caucho y plástico, deben su éxito y competitividad a las buenas prácticas de la automoción, ya que de otra forma estos sectores no se hubiesen desarrollado al mismo nivel.

Sin embargo, en el último año algunos observadores del mercado miran a nuestro sector como la versión Beta del VHS. Las decisiones y declaraciones institucionales no han ayudado y han dado una sensación de transitoriedad que perjudica las decisiones en un sector que representa el 12% de la inversión del I+D del país, lo que supone una inversión de 1.600 millones de euros.

Interrogantes sobre el coche eléctrico

Como hemos indicado, a día de hoy, algunos componentes del coche eléctrico y su adaptación están en el punto de mira y suponen un reto para la industria en la búsqueda de rentabilidad y sostenibilidad a largo plazo.

En primer lugar, se vaticina una extinción de los motores convencionales que es muy cuestionable. Atendiendo a los datos del sector, en España, se fabrican 2 millones de motores térmicos al año con una tecnología punta y de precisión, un referente mundial al igual que los componentes relacionados como radiadores y embragues. Por lo tanto, no es racional pensar que sean empresas en extinción cuando se calcula que en el 2040 el 60% de vehículos en circulación serán todavía con motor de combustión.

Por otro lado, todavía no hay un modelo en masa viable de coche eléctrico y aunque es cierto que el coche eléctrico no contamina cuando circula, sí lo hace cuando se fabrica. El balance a día de hoy es que el coche eléctrico es más contaminante que el convencional por la intensidad del consumo de CO2 en la fabricación de las baterías. Es como la baldosa de tu cocina, no contamina, pero en la fabricación de ese «cuadradito» se consumieron 3 kg de CO2. Lo mismo ocurre con la batería, algo que solo la tecnología puede remediar.

» El balance a día de hoy es que el coche eléctrico es más contaminante que el convencional por la intensidad del consumo de CO2 en la fabricación de las baterías, algo que solo la tecnología puede remediar. 

Perspectivas de cambio en el sector de la automoción

Pese a las cuestiones que plantea la irrupción eléctrica en el sector, el cambio está de camino. De acuerdo con el informe elaborado por PWC, la industria del automóvil es uno de los pilares estratégicos del país, con un sector de componentes muy fuerte. Sin embargo, es necesario un avance en I+D para garantizar su posición de cara al futuro.

En este contexto, los grandes fabricantes invierten miles de millones en hacerlo posible y con toda seguridad se producirán los cambios tecnológicos necesarios. Las inversiones están enfocadas en la mejora de la batería y las principales marcas se han puesto manos a la obra, dado que nadie quiere depender de la tecnología de un tercero. Por ejemplo, Daimler, VW, PSA, Toyota, quieren asegurar su propia fuente de alimentación eléctrica. Por ahora los esfuerzos van por separado, y aunque es probable que en el futuro se organicen plataformas de colaboración, la consecuencia es que actualmente dichas inversiones que aglutinan los esfuerzos de I+D y diseño se realizan en las centrales (Alemania, EEUU y Francia).

En paralelo, los coches eléctricos no parten de ningún modelo existente, por lo que ahora se diseñan y fabrican cerca de las centrales de los automóviles. En el caso de España la decisión de ensamblar los coches eléctricos es probable que se realice una vez comprobada la viabilidad técnica y económica de los modelos. No tendría sentido ignorar la capacidad desarrollada en los últimos 50 años. Pero teniendo en cuenta lo que está en juego, lo indicado es articular un fuerte compromiso a través de inversión en I+D en los puntos críticos que complemente los esfuerzos de las matrices: desarrollo de batería y de componentes del coche eléctrico. Para ello es necesaria una mayor consolidación de los grupos de componentes en España y la colaboración por parte de la Administración.

Además, ante una demanda de vehículos eléctricos demasiado baja para lograr una producción que resulte rentable, la fusión entre grandes grupos puede ser una alternativa de las empresas para hacer frente a los cambios del sector. Sin ir más lejos, el grupo francés Renault y el italoamericano Fiat Chrysler (FCA) se encuentran actualmente estudiando un acuerdo de fusión al 50/50 de ambas compañías.  A través de esta alianza, los grupos podrían complementar la tecnología en coche autónomo que ha desarrollado Fiat, con la experiencia de Renault en tecnología de vehículo eléctrico.

En definitiva, la consolidación del sector debe acelerarse con el objetivo de crear grupos con capacidad de inversión suficiente, es decir, continuar la senda de grupos como Gestamp, Antolin, Ficosa, CIE Automotive, que a través de la integración de plataformas e internacionalización tienen una mayor capacidad de hacer frente a los retos y posicionar el sector más allá de su capacidad de montaje y ensamblado. Será la tecnología la que determine el desarrollo de los componentes más críticos del coche eléctrico y aseguren la industria en España.

» El esfuerzo para atraer las inversiones de I+D en el sector supone un compromiso inmediato, donde todos arrimen el hombro: marcas, líderes de componentes y la Administración. 

Por otro lado, la Administración debe apoyar este esfuerzo a través de políticas que faciliten un visión conjunta a largo plazo. La administración tiene 3 palancas: los mensajes, la regulación y la fiscalidad que incentive la inversiones. Los mensajes y la regulación deben asegurar una transición tranquila en estos próximos 22 años y que, aceptada la necesidad de la descarbonización de la sociedad, huya de mensajes demagógicos y no añada incertidumbre al consumidor. Por último, la fiscalidad (la que incentiva las actividades de I+D) es un esfuerzo de largo plazo para atraer las inversiones de I+D de Daimler, VW, PSA a España. Supone un compromiso inmediato, probablemente en el desarrollo de un centro tecnológico basado en el desarrollo de baterías y componentes del coche eléctrico, donde todos arrimen el hombro: marcas, líderes de componentes y la Administración. Solo así el sector saldrá fortalecido y no sufrirá los efectos del bucle eléctrico.

Javier Toro

Socio Director de ONEtoONR con más de 17 años de experiencia en proyectos de M&A (Asesor financiero principal en MBO, LBO, Compraventa) en proyectos de financiaciones y en proyectos de Participación Público Privada, en el ámbito global para clientes privados e instituciones públicas.

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