¿Por qué salir al MAB?

¿Por qué salir al MAB?

Cotizar en Bolsa siempre se ha considerado dentro del mercado como un signo distintivo de garantía de solvencia, transparencia y prestigio. El Mercado Alternativo Bursátil es la “liga” de las empresas de reducida capitalización que buscan expandirse, con una regulación a medida, diseñada específicamente para ellas y unos costes y procesos adaptados a sus características. Tu empresa, aunque sea pequeña, si está creciendo o tiene claros planes de crecimiento, también puede cotizar en Bolsa.

Mi experiencia profesional en ONEtoONE, Asesor Registrado para el MAB, me ha demostrado lo interesante que resulta para una empresa su salida a este mercado. La entidad logra un salto en tamaño, la salida a Bolsa supone una ampliación de capital que se traduce en fondos para mantener la expansión de la empresa.

Cotizando en el MAB, además, la empresa logra una mejora en su imagen dentro del mercado pues consigue una constante publicidad reflejada en los medios de comunicación. De hecho, se ha comprobado que la publicidad que acompaña una salida al mercado tiene un efecto directo en el incremento de ventas de diversas compañías ya inmersas en el MAB.

La valoración objetiva de la empresa es otro aspecto a destacar pues es el mercado  el que fija el precio que está dispuesto a pagar. El precio que alcanza las acciones de una compañía cotizada no solo es representativo del acuerdo entre oferta y demanda en el mercado, sino que además se convierte también en referencia obligada para los restantes actores, sean accionistas de la compañía o no.

Los que invierten en el MAB lo hacen a modo de capital riesgo, con la idea de invertir en empresas “gacelas” que van a crecer mucho en los siguientes años, por ello su inversión consiste en una apuesta de largo plazo. Tener presencia en el “parqué” supone dar acceso a una amplia comunidad inversora muchas veces institucional, tanto nacional como internacional. El mercado facilita la supervivencia de la empresa.

Las exigencias que supone estar cotizando en el mercado se traduce, según lo que he podido ver en mi experiencia como asesor, en una mayor profesionalización de la organización. Las empresas cotizadas deben estar gestionadas por profesionales cualificados que sean capaces de dirigir la gestión diaria de la compañía en la búsqueda de creación de valor y de transmitir de forma adecuada a los inversores en general y a sus accionistas en particular, este compromiso. Estar en Bolsa es una forma de atraer talento.

La cotización en Bolsa puede ser acogida por los propios trabajadores como un elemento motivador, al igual que para otros colectivos con acciones en la propia empresa. Dentro de las distintas políticas de incentivos para los empleados que puede llevar a cabo una empresa, se encuentra la de ofrecer a estos la posibilidad de participar en su capital. Además de una forma de gratificación, esta política motivará un interés mayor por parte del trabajador en marcha y gestión de la empresa, integrándole de forma más activa en los nuevos planes y proyectos futuros de desarrollo de la misma.

En definitiva, para una empresa con planes de expansión y que necesita capital, el MAB es una opción que conviene estudiar. Eso sí, se trata de una operación a largo plazo pues requiere del cumplimiento de diversos requisitos.

El Mercado Alternativo Bursátil exige que la empresa cumpla las siguientes normas para su cotización:

· Que todo su capital esté totalmente desembolsado.

· Que exista libre transmisión de las acciones.

· Que las cuentas estén auditadas de acuerdo con normas internacionales de información financiera (NIIF).

· Que haya un importe mínimo de liquidez (free float) de dos millones de euros.

· Que la empresa tenga actividad y facturación demostrada.

Si te planteas salir a cotizar, deberás asumir el compromiso de suministrar de manera transparente la información requerida por el MAB.

Las empresas interesadas en cotizar en el MAB deben tener presente que su salida irá acompañada por un Asesor Registrado. Las principales funciones del asesor son comprobar que la compañía cumpla los requisitos que la regulación del mercado exige para su incorporación, preparar el folleto/documento informativo y revisar que la información publicada cumpla con las exigencias de la normativa, no omita datos relevantes ni induzca a confusión a los inversores, revisar la información periódica o puntual que la compañía remite al mercado y verificar que cumple con las exigencias de contenido y plazo. Asimismo, la empresa debe contar con un proveedor de liquidez, figura representada por un banco o sociedad de valores.

Si tu empresa cumple las características antes indicadas y tienes importantes planes de expansión, te recomiendo que te plantees la opción de cotizar en el MAB como una vía de crecimiento y obtención de liquidez. Cotizar no es solo cosa de “grandes”, es también para aquellos que tienen grandes ilusiones.

 

 

 

Enrique Quemada Clariana

Consejero delegado del banco de inversión ONEtoONE Corporate Finance  (Asesor Registrado del MAB) y autor del libro ¿Puedo comprar una empresa?

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