Cuando un empresario decide vender su empresa se está enfrentando a una de las decisiones empresariales más importantes de su vida.
La compraventa de una compañía es un proceso mucho más complejo que cualquier otra compra o venta, pues una empresa es un elemento vivo, con un valor que aumenta o disminuye en virtud de un fondo comercial que hay que entender. Lanzarse al proceso sin ninguna ayuda supone un gran riesgo.
En muchas ocasiones cuando aparece un comprador interesado por la compañía, el empresario decide enfrentarse en solitario a él y a sus asesores. Esta situación normalmente conlleva que los procesos se dilaten, las negociaciones se compliquen, se atasquen o caigan, y se produzcan pérdidas de tiempo innecesarias por ambas partes.
Como justificación el empresario se dice a sí mismo “¿Quién va a conocer mi empresa mejor que yo mismo?” Y por tanto no cree que haya nadie más adecuado para gestionar la venta. No es un hecho aislado, una gran mayoría de empresarios involucrados en operaciones de este tipo prefieren enfrentarse solos a este proceso, ya que pueden considerar que si no lo consiguen no serán lo suficientemente buenos. Por tanto, pasan por alto la posibilidad de apoyarse en asesores de finanzas corporativas, sin darse cuenta de que quizás no sea la mejor opción para lograr el objetivo principal: vender la empresa por el máximo valor posible.
El empresario debe plantearse estas dudas, ¿y si realmente contar con asesores pudiese marcar una diferencia en la negociación? ¿Y si contar con personal cualificado en este tipo de procesos pudiese lograr mejoras en las condiciones finales del acuerdo?
Además, se debe tener en cuenta que cuando el empresario se enfrenta en solitario al proceso de venta se ve obligado a desatender su empresa, lo que deteriora sus resultados y provoca una caída del valor de la compañía, justo cuando los resultados deberían reflejar el verdadero potencial de la misma.
Contar con asesores que liberen tiempo resulta de extraordinaria importancia para que el empresario se enfoque en el negocio y ellos realicen con eficacia su trabajo. Contar con asesores supone la utilización de una metodología para maximizar la calidad del proceso de presentación de la información, búsqueda de candidatos y negociación, así como cierre satisfactorio de la transacción.
En resumen, el asesor evita que cometas errores, aumenta sustancialmente las posibilidades de venta de la empresa y consigue un precio mucho mayor.
