Lecciones de 2020 para el resto de nuestra vida

El año 2020 quedará marcado en nuestros calendarios como un año que lo cambió todo.Hemos vivido una de las mayores revoluciones que la humanidad recuerda. A pesar de las malas noticias que sin duda se han producido, 2020 ha venido a nuestras vidas a cambiar esencialmente el mundo que conocíamos, desde nuestra vida laboral a la personal. Es un cliché recordar el tradicional dicho de que en chino la palabra crisis se emplea también con el significado oportunidad, pero si miramos desde una perspectiva serena, veremos todas las lecciones que nos ha brindado este peculiar año:

Ante todo, el más evidente ha sido el cambio en el trabajo. Tras años oyendo hablar de la amenaza de la robotización y la digitalización laboral, la realidad nos ha empujado a abordar métodos nuevos de trabajo. Gracias a ellos, hemos visto que podemos ser más eficaces y capaces de aumentar la competitividad de las empresas, mejorando, a su vez, la vida de los trabajadores y su rendimiento y un ahorro de costes para los empresarios.

Los empleados han ganado en responsabilidad y los directivos en confianza en sus equipos. Se han reducido costes en alquileres y suministros. El uso de plataformas digitales ha simplificado la organización de reuniones y ha favorecido la conectividad entre personas y departamentos.

Han surgido nuevos y mejores hábitos de trabajo: horarios más compactos o flexibles, pero adecuados a las situaciones familiares, lo que ha favorecido la conciliación. El teletrabajo desde casa no solo ha generado mayor productividad, sino que ha tenido beneficios colaterales, como el cambio a una dieta casera: más sana y barata.

Se ha ahorrado dinero, pero, sobre todo, el recurso más valioso: el tiempo. Al eliminar los largos desplazamientos, han podido aprovecharse esos momentos en otras actividades, como el deporte, cuya práctica ha aumentado sustancialmente.  

Estos cambios han venido para quedarse y supone un desafío para las empresas aceptarlos e implementarlos.

Los empresarios tendrán que adaptar sus medios de producción y su organización del trabajo. Para ello es crucial planificar los pasos a seguir, cómo avanzará cada empresa en este nuevo mundo, y si se quiere afrontar la profunda transformación que será imprescindible. A nivel personal la pandemia ha supuesto un impacto emocional importante, pero nos ha ayudado a ver con claridad cuáles son nuestras prioridades: diversos estudios demuestran que el 70% de los españoles valora ahora más la compañía de la familia. Hemos aprendido a ver y valorar a las personas que hay detrás de tantas profesiones esenciales pero invisibles a nuestros ojos: profesionales de la limpieza, cajeros, sanitarios, profesores… Unido al cuidado y valoración de las personas mayores.

Mucha gente ha descubierto la importancia de disfrutar del tiempo que tenemos o recuperar libertades. Ahora es el momento de aplicarse a las metas personales largamente aplazadas. La solidaridad vivida en estos meses ha despertado el interés en la construcción de una sociedad más justa y armónica, desde la creación de ONGs, fundaciones y organizaciones colaborativas. Pensamos más en los demás y en la huella que dejamos a nuestro paso. Además, la reducción drástica de la polución nos ha demostrado que es posible avanzar en la lucha contra el cambio climático, hecho imprescindible para la supervivencia de la humanidad y la economía.

Tras tantas lecciones aprendidas con tantas dificultades, por fin asoman rayos de esperanza en el horizonte: se han anunciado distintas vacunas y los calendarios de vacunación se empiezan a adelantar a las anteriores y más pesimistas proyecciones. En el sector económico, en España las previsiones auguran una recuperación del sector turístico que puede llegar a aportar hasta un 10 % del PIB. Esto, unido a los 140.000 millones en ayudas que recibiremos de Europa (equivalente a un 13% del PIB actual), marcan la senda de una rápida y necesaria recuperación.

Hemos sufrido, sí, pero nos recuperamos.

Mucho más rápido de lo que esperábamos. Quizá la gran lección que hemos aprendido es que el peor de todos es el miedo al mismo miedo. En ONEtoONE hemos pensado que este es el año idóneo para hacer recapitulación, tomar nota y seguir adelante con todo el bagaje del aprendizaje, pero liberados de cargas innecesarias. Por eso hemos preparado un planificador, no de días y semanas, sino de metas, objetivos y propósitos. Para poder reflexionar sobre todas las lecciones que nos ha dado este año y trazar metas que nos ayuden a mejorar nuestras vidas.

Porque sí, siempre recordaremos el 2020, pero si aprendemos sus lecciones y planificamos el futuro con ellas en mente, no todo habrá sido necesariamente para mal.

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