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Coronavirus: llegó la peor crisis de la historia

Las crisis llegan para sacudir los sistemas como los conocemos y enseñarnos lecciones importantes a las malas, esto no es nada nuevo desde la perspectiva histórica.  A lo largo de la historia, no son pocas las crisis que hemos superado, algunas de ellas de origen bíblico como las 10 plagas de Egipto,  otras de origen sanitario, incluyendo la letal peste negra y las incontrolables epidemias de cólera y viruela, y a nivel económico, se tiene información histórica de más de 70 crisis y depresiones, la diferencia, es que cada vez se repiten más seguido.

La crisis del Coronavirus, será probablemente, la peor crisis económica de la historia de la cual se tenga registro, y la razón es muy sencilla. Hoy en día, vivimos en un mundo muy globalizado con interconexión, como nunca antes vista, entre las personas, los mercados financieros, el comercio, y demás agentes. Por lo tanto, el Coronavirus se ha expandido internacionalmente a más de 180 países en tiempo récord, y una de las pocas maneras que conocemos de mitigar su expansión, por ahora, es mediante el distanciamiento social que tiene muchos países incluido el nuestro, con el aparato productivo prácticamente paralizado.

En la crisis del año 2008, básicamente lo que ocurrió, es que se creó una burbuja inmobiliaria, gracias a las facilidades crediticias que se daban en mercados desarrollados, la gente accedía a créditos NINJA (no income, no assets, no job) sin ingresos, sin activos y sin trabajo, y compraban inmuebles que por el exceso de demanda se valorizaban.

M&A y COIVD19

Los bancos durante cierto tiempo estaban felices otorgando dichos préstamos, tomaban dichas obligaciones a manera de contratos, los empaquetaban por ejemplo en títulos valores, y se los vendían a inversionistas. Los inversionistas, entre ellos los mismos bancos, casas de bolsa, hedge funds, family offices, etc., compraban por ejemplo un activo, cuyos activos subyacentes eran 1.000 hipotecas de vivienda, que generaban unos rendimientos financieros, como si fueran un bono de deuda.

Cuando la gente empezó a incumplir los pagos, los bancos se vieron en la obligación de castigar dichos activos o venderlos a precios muy bajos, lo que llevo su patrimonio a niveles  inaceptables desde el punto de vista regulatorio. Este bajo patrimonio, obligaba a los bancos a declararse en banca rota, y, por lo tanto, se paralizó el mercado crediticio que es uno de los motores de la economía que le da oxígeno a la inversión, al gasto de las personas naturales y al crecimiento económico de las empresas.

La crisis del 2008 se arreglaba rescatando los bancos para que no se quebraran, y bajando las tasas de interés para incentivar el crecimiento económico. Cuando bajan las tasas de interés, las personas son más propensas a gastar que a ahorrar, y las empresas, pueden acceder a recursos económicos para apalancar sus planes de expansión.

La crisis del coronavirus es mucho peor, al menos durante el 2008 las empresas seguían produciendo, la gente seguía consumiendo vestuario, vehículos, repuestos, diversión (cine, conciertos), tiquetes aéreos, entre otros. Hoy, en países como Alemania, España, Italia y Colombia, gran parte de las empresas manufactureras, de transporte, el comercio, los cines, las aerolíneas, restaurantes, colegios y hasta servicios de salud no esenciales se encuentran totalmente paralizados.

Según JPMorgan Chase Institute, la mediana de empresas solo puede sobrevivir o pagar sus compromisos financieros durante 27 días sin tener ingresos. Si las empresas no pagan a sus proveedores, estos no podrán pagar a sus empleados, dichos empleados, encerrados en sus casas, no podrán consumir, y se crea un bloqueo de todo el sistema económico en general. A esto se le suma el que el gobierno, tiene recursos cada vez más limitados para ayudar a personas de bajos recursos, inyectar liquidez a las empresas y a los bancos, esto debido a que, si hay menor actividad económica, se pagarán menos impuestos. Bajo este panorama, los gobiernos, las empresas y las personas estarán obligadas a endeudarse solo para sobrevivir. Así, La crisis, que empezó con un fuerte choque de oferta, tiene el potencial de afectar rápidamente la demanda, quedará registrada como una de las peores, o la peor, de la historia reciente, afectando determinantes fundamentales de los mecanismos de mercado, llevando a que pueda ser mucho peor de lo que muchos se imaginan

Solo la semana pasada, las solicitudes iniciales de desempleo superaron los 6.6 millones en Estados Unidos, una cifra histórica nunca antes vista. La crisis del coronavirus solo acaba de empezar.

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Solo en las útlimas dos semanas, hay casi 10 millones de nuevos desempleados en dicho país, la máxima cantidad de subsidios de desempleo solicitadas en 2008 fue de 661.000, solo en este dato, podemos ver la magnitud del problema al que nos enfrentamos.

En Estados Unidos la gente del común vive del crédito, tiene pocos ahorros y cuando son despedidos muchas veces no reciben una liquidación que les permita sobrevivir mientras encuentran otro trabajo, esto afectará gravemente el consumo y generará un decrecimiento en las ventas de las compañías sin precedentes. A favor tienen un paquete de ayudas muy importante aprobado por el Congreso que abarca personas naturales, empresas pequeñas, aerolíneas, entre otros.

Entre todos tenemos que pagar las consecuencias de la crisis del coronavirus, veo algunos empresarios molestos porque los bancos están dando flexibilidad para el pago de obligaciones, pero no están condonando intereses, otros quieren que los arriendos no sean cobrados, pero dichos arrendatarios también tienen compromisos que atender y familias que sostener.

No puede ser que los empresarios paguen todo como si nada: las nóminas de sus empleados, los arriendos de sus negocios y los créditos, todos tenemos que ser flexibles y ceder un poco ante esta situación inédita, solo trabajando juntos podremos salir adelante.

El gobierno, debe no solo proveer liquidez, sino también, dar subsidios para que las empresas no se quiebren mientras se encuentra una solución a la pandemia. Los bancos tendrán que flexibilizar sus líneas de crédito como nunca antes y las personas naturales tendremos que bajar nuestro nivel de vida y priorizar nuestros gastos para sobrevivir sin terminar muy endeudados.

Este es un momento para reflexionar, aprender, reinventarnos. Quienes tengan liquidez, podrán comprar empresas en condiciones muy favorables, y quienes estén muy endeudados, podrán perderlo todo. Quienes invierten en la bolsa, tengan paciencia, llegará el momento en que todo se calme y podrán comprar acciones a precios regalados.

Después de la tormenta llega la calma, después del invierno viene el verano y después de la noche sale el sol, el mundo no se va a acabar con lo que está sucediendo. Ningún invierno es eterno, y ninguna crisis durará para siempre, hay que tener resiliencia para soportar emocionalmente el momento y ya encontraremos la solución para salir de la crisis del coronavirus como lo hemos hecho con las 70 crisis anteriores.

Algunas buenas cosas quedarán, por ejemplo, muchas personas están aprendiendo que no es necesario desplazarse para tener una buena reunión, están pasando tiempo con su familia, se están reencontrando virtualmente con sus amigos, están aprendiendo a valorar las cosas más simples de la vida como salir a la calle a caminar y tomar el sol, y estamos siendo más solidarios, recordando que no todo es para uno, sino que tenemos que pensar en los demás para que el sistema pueda funcionar, algunos se están dando cuenta que no son todo poderosos y que se habían olvidado de Dios, y los ríos y mares están recuperando su color natural (al menos temporalmente nos están recordando como eran antes de que los contamináramos). El capitalismo salvaje nos está demostrando que debemos migrar más a un capitalismo consciente como el visto en Europa Occidental en las últimas décadas.

En ONEtoONE Colombia podemos ayudarle. Ya estamos trabajando con clientes para apoyar durante la crisis. Es momento de tomar acciones para salir adelante.

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