Mergers & Acquisitions, Compraventa de empresas

DE ACUERDO, ESTAMOS EN DESACUERDO

La vida es un conflicto constante. Encontramos conflictos en nuestra vida diaria con proveedores, clientes, partners, administradores, incluso con tu pareja, familia o amigos.

Sin embargo, un conflicto no tiene por qué ser algo negativo de por sí. Realmente, un conflicto es un punto en el que existe alguna diferencia entre dos partes. Pero si lo pensamos bien el conflicto nos permite conocernos mejor a nosotros mismos y a los demás; de forma que descubrimos otros puntos de vista, y por supuesto, logramos madurar como profesionales y personas.

Lo que sucede con los conflictos es que, a menudo, son mal gestionados. Normalmente ante una situación así la parte “más débil” suele huir o ceder, y eso genera resentimientos que se manifestarán posteriormente. En otras ocasiones es aún peor, ya que cuando las dos partes son “gallos de pelea” ninguna acabará cediendo  y el conflicto se acaba magnificando.

Es la experiencia la que nos demuestra que habitualmente en los conflictos no se pretende que ambas partes salgan beneficiadas, sino todo lo contrario. Siempre hay una parte que quiere quedar por encima de la otra y llevar razón. Para muchos, lo mejor de ganar es que hay otro que pierde. Gran error.

El conflicto siempre va unido a otro aspecto esencial para nuestras vidas: la negociación. Cuando exista un conflicto debemos intentar llegar a un acuerdo, sin perjudicar a ninguna de las partes, a través de la negociación. Si te has planteado la compraventa de tu empresa has de tener en cuenta que pasarás por un proceso de negociación, por lo que te ofrecemos varios puntos para aprender a gestionar conflictos:

1. Acepta que el desacuerdo es lo más normal. El conflicto no es una lucha, cada persona tiene una forma diferente de ver las cosas (debido a sus creencias, vivencias y experiencias). No permitas que un desacuerdo se convierta en una discusión.

2. No actúes a la defensiva. Es muy normal que nuestra primera observación sea un juicio, sin comprender en absoluto. Debes aprender a escuchar sin emitir de inmediato una opinión. Por ello, en una negociación es muy importante que prepares tu plan de actuación, sabiendo qué vas a hacer y cómo actuarás ante una situación u otra.

3. Evita dejarte llevar por tu carácter. Perder los nervios nunca conduce a nada bueno, procura actuar con calma. Ante todo debes actuar con integridad.

4. No interrumpas al interlocutor. Deja que éste hable sin cortar la conversación. No te resistas ni discutas, quizás si le dejas expresar toda su opinión él esté más tranquilo.

5. Trata de buscar puntos en común. Siempre existen. Una vez que hayas escuchado a la otra parte debes exponerle las partes en la que estás de acuerdo. En muchas ocasiones las coincidencias facilitan seguir avanzando. Es una buena idea comenzar la negociación por los temas más sencillos en lugar de tratar primero los más conflictivos.

6. Deja el orgullo en casa. No te hace ningún bien tomar decisiones según factores personales. Además, si te has equivocado en algún punto admítelo, eso muestra una actitud positiva y ayuda a llegar a un entendimiento.

7. Recapacita y estudia las ideas de la otra parte. A lo mejor la otra persona puede tener razón en alguno de sus argumentos y es importante que te des cuenta de ello. Escuchar es estar dispuesto a cambiar de opinión. Intenta partir desde el principio de reciprocidad, en el sentido de ser capaz de ceder ante las propuestas de la otra persona.

8. No te precipites al actuar. Piensa con calma y en frío el problema, distánciate un poco para ver las cosas con más claridad. Procura buscar un punto medio desde el que ambas partes podáis partir cuando negociéis.

9. Entiende que no se trata de ganar o perder. La resolución de un conflicto rara vez tiene que ver con quién lleva la razón, en realidad lo que se busca es reconocer y apreciar las diferencias que existen, y avanzar a partir de ellas.

10. Tu actitud es esencial. Has de tener una predisposición, una voluntad para resolver el conflicto (espíritu de colaboración).

En resumen, debemos aprender a ver los conflictos como una manera  de aprender y de enriquecernos en lugar de una lucha contra otra persona. Cuando estamos negociando una compraventa hay que ser conscientes de que podemos estar en desacuerdo con alguien sin que esto implique un problema. Mucho más sencillo, ¿no?

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